Aunque a ella le moleste, Karina no puede sacarse de encima el apodo de «Princesita de la movida tropical», que la acompaña desde su adolescencia, en sus inicios con la música. La cantante convive con el apelativo porque mucha gente la llama así desde hace años y todos aquellos que la descubrieron ahora (especialmente en los medios masivos de comunicación) también decidieron adoptarla con ese sobrenombre.
Lo que no la molesta es que le digan que se mantiene muy bien, muy bella y sexy, porque ella se preocupa por conservar su figura y la estética que siempre la caracterizó a la hora de subirse a un escenario. Estas fotos, que subió a sus redes sociales, la muestran con el atuendo que eligió para uno de sus últimos recitales en el interior de La Argentina.