Ale Pucheta y Chapa Gramajo disfrutan de la vida, en familia.
La música los volvió compañeros y los gustos compartidos los hicieron amigos.
Trabajaron juntos en Akkua, una agencia artística que marcó un momento de la movida tropical argentina. Entre risas y mates programaban las giras de Ángela Leiva, Los Wachiturros, Eugenia Quevedo, El Dipy y tantos otros, todas las tardes-noche de la semana en una oficina ubicada a cinco calles del tradicional obelisco de Buenos Aires. Y los fines de semana venían las noches de trabajo y las giras por todo el país con los artistas, generalmente por separado.
Pasaron muchos años de aquello. Akkua ya no está. Siguieron sus propios caminos, cambiaron de rutinas y de paisajes. Pero la amistad se mueve entre ellos como en aquellos años de agendas de papel, teléfonos fijos y termos para el mate que se renovaban con cada visita a la oficina de la calle Paraná, entre Lavalle y Corrientes.